(593-2) 6008189 | 0998532276
Artículos
Muchos niños y adolescentes sufren episodios de dolor de cabeza (cefalea), lo cual constituye un motivo de gran preocupación tanto para los padres como para los médicos. Pero afortunadamente solo un pequeño porcentaje suele tener una condición grave de base. Los episodios de cefalea causadas por migraña, cefalea tensional, cefalea por abuso de analgésicos u otras medicaciones y cefaleas debidas a síndromes post infecciosos suelen ser las causas más frecuentes de consulta. Los episodios de cefalea debe ser evaluada cuidadosamente por sus médicos pediatras y/o neurólogos pediatras para evaluar signos de alarma que podrían orientar a otras causas menos comunes que eventualmente podrían ser serias para que reciban un adecuado manejo.
La tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear son herramientas útiles para la evaluación de estos pacientes. El diagnostico en la mayoría de las causas de cefalea pueden ser realizados primariamente con una historia clínica adecuada y usualmente confirmada a menudo por la ausencia de hallazgos anormales en el examen físico neurológico.
Las preguntas más frecuentes acerca de la historia clínica conciernen a:
1) cuando y que tan frecuentemente ocurren los episodios de dolor de cabeza;
2) que tan severo es el dolor;
3) cuales son los síntomas acompañantes al dolor de cabeza.
En muchas ocasiones las respuestas a estas preguntas brindan al médico una información muy valiosa para hacer un diagnóstico.
El patrón de ocurrencia de los episodios de cefalea es un dato importante. Las cefaleas episódicas separadas por periodos de alivio completo son usualmente cefaleas migrañosas. Cefaleas reportadas en niños y adolescentes en días escolares, pero no fines de semana o vacaciones en su gran mayoría son cefaleas tensionales exacerbadas por estrés.
A menudo las causas de incremento de la presión intracraneal (ej tumores, etc) podrían ser considerados en los casos de cefalea de reciente inicio que persisten en mañana, tarde y noche además en muchas ocasiones interfieren con el sueño.
Para juzgar la severidad de la cefalea es mejor evaluar si estos episodios interfieren con las actividades habituales que el niño disfrutaba. Los niños quienes tienen cefalea pero continúan jugando alegremente no suelen generar mucha preocupación. La mayoría de niños y adolescentes con cefalea tensional se recuperan luego de un periodo de descanso corto y habitualmente son capaces de participar en actividades a pesar de sentir dolor.
La cefalea ocasionada por aumento de la presión intracraneal (lesiones ocupantes de espacio y pseudotumores cerebrales), también tienden ser de bajo grado y típicamente son crónicas (se mantienen en el tiempo), usualmente suelen empeorar y a menudo están asociados con otros síntomas neurológicos.
La náusea, vomito, sensibilidad a el brillo de la luz y una variedad de otros fenómenos neurológicos transitorios (parestesias, escotomas) son síntomas característicos de las cefaleas migrañosas.
Las cefaleas causadas por enfermedades sistémicas (usualmente infecciosas), están asociadas con fatiga, malestar, mialgias, dolor articular, fiebre, rash y otros síntomas.
Las cefaleas tensionales y por abuso de medicación típicamente no se asocian con otros síntomas físicos.
Los niños con cefaleas acompañadas de uno o más síntomas neurológicos focales persistentes, rigidez de la nuca, o cambios conductuales y de comportamiento tienen que ser evaluados inmediatamente y usualmente requieren estudios de neuroimagen (resonancia magnética nuclear cerebral o tomografía computada de cerebro) o punción lumbar.
Si el niño regresa o no a la normalidad entre los episodios de dolor de cabeza o tiene molestias persistentes es un detalle importante de la historia. El niño con quejas persistentes se debe dar una atención cuidadosa.